Las Minas

La Naturaleza fue muy generosa con Almadén cuando creó en sus entrañas el mayor yacimiento de mercurio conocido hasta la fecha. Se estima que Almadén ha producido aproximadamente la tercera parte del mercurio consumido por la humanidad, habiéndose extraído de su mina unos siete millones y medio de frascos (un frasco de mercurio contiene 34,5 kg de metal).

Para hacerse una idea de lo extraordinario que es el yacimiento de Almadén baste decir que la citada cantidad es dos veces y media superior a la producción de la segunda mina del mundo (ldria en Eslovenia) y casi cuatro veces superior a la de la tercera (Monte Amiata en Italia).

Fotografia de un cristal de cinabrio

Cristal de Cinabrio

El yacimiento de Almadén se formó hace unos 430 millones de años, cuando las cuarcitas que hoy forman su subsuelo se estaban depositando bajo el mar en una plataforma continental de poca profundidad. Contemporáneamente con este episodio sedimentario surgió un volcanismo profundo de tipo básico que arrastró el mercurio desde las entrañas de la Tierra. 

El mercurio se combinó con el azufre, en parte de origen profundo y en otra marino, formando el cinabrio que mineralizó la cuarcita de Criadero. Esta, en aquel momento, era una arena permeable que permitió el paso de las soluciones circulantes que transportaban el cinabrio, empapándose de él. La compactación posterior de esta roca dio lugar a la cuarcita de Criadero actual. En cambio, las pizarras circundantes son estériles por la falta de permeabilidad de las arcillas que dieron lugar a aquellas posteriormente.

Hace unos 300 millones de años todas las rocas del área de Almadén y de gran parte del Oeste de Europa, así como de otras zonas del mundo fueron plegadas y fracturadas por la orogenía hercínica. Se produjo así la elevación de toda el área que dejó de estar cubierta por el mar. Por efecto de este plegamiento las capas de sedimentos cambiaron de posición y así en el caso de la villa de Almadén y su entorno inmediato se hallan próximos a la vertical. Los fenómenos de erosión producidos desde entonces, y a lo largo de muchos millones de años, han modelado el relieve actual del paisaje de Almadén.

En la zona de Almadén existen otros yacimientos de mercurio de menor importancia como son El Entredicho, Las Cuevas, La Concepción Vieja y la Concepción Nueva. La producción conjunta de todos estos yacimientos se estima que asciende a unos 700.000 frascos de mercurio., algo menos de la décima parte de la mina de Almadén, lo que da idea de su excepcionalidad.

En todos los yacimientos de Almadén el mineral principal es el cinabrio (sulfuro de mercurio) con su característico color rojo bermellón, presentándose casi siempre masivo y raramente cristalizado. La otra mena, aunque difícilmente recuperable por su movilidad, es el mercurio nativo, siempre tan espectacular cuando se presenta.

Horno de destilación Bustamante (Siglo XVII)

Se trata de un horno construido por Juan A. Bustamamte en 1646. Es una reproducción del horno inventado por Saavedra Barba en 1633 en Huencavelica (Perú). El horno consta de dos cuerpos rectangulares enfrentados y de dos alturas. Están construidos con ladrillos macizos. Uno tiene dos chimeneas y cuatro ventanas o miras. Entre ambos se sitúan los canales de destilación formados por piezas cerámicas (aludeles). Son cuatro bloques con ocho canales cada uno. Están situados en forma de "V" para facilitar el desplazamiento del mercurio. Estuvieron en funcionamiento cerca de 300 años, dejando de utilizarse en 1928, habiendo producido 46.000 toneladas de mercurio, hoy son una curiosidad.

Hornos de aludeles o de Bustamante

Historia

Las minas de Almadén dieron fama a la península en el mundo antiguo. Las primeras noticias de su explotación, seguramente iniciada por los cartagineses, datan del siglo IV antes de Cristo, pero fue tras la conquista romana cuando adquirieron su mayor desarrollo, como atestiguaron en sus escritos Estrabón, Cicerón, Quintiliano y Tito Livio. Plinio y Vitrubio cuentan cómo se arrendaban a una agrupación de publicanos mientras otro sociedad con sede en Roma recibía el material extraído y preparaba el bermellón.

Vista del exterior de la mina

A la derecha (pozo de San Joaquín y escombreras)

Los musulmanes continuaron su explotación, como relata Ahmad al-Razi y le dieron su nombre actual, al-ma' dín, la mina. Tras la conquista cristiana en el siglo XXII, Alfonso VIII las entregó al conde Nuño y al Orden de Calatraba y ésta vio confirmada su posesión por posteriores donaciones. En 1286 Sancho IV concedió al maestrazgo de la orden el privilegio de la comercialización del cinabrio fuera de España. A partir del 1512 los beneficios adquiridos por la explotación minera pasaron a las arcas reales y en 1523 la Corona de Castilla se apropió definitivamente de los yacimientos.

La utilización del mercurio como amalgama de oro y plata hizo que durante el siglo XVI el obtenido en Almadén se exportase a través del puerto de Sevilla con destino, principalmente, a los focos argentíferos de Méjico. En 1525 Carlos I tuvo que arrendarlas a los Fugger (Fúcares), familia alemana de banqueros, como pago de los prestamos recibidos para sufragar los gastos de su coronación como emperador. Los nuevos propietarios disfrutaron de la explotación minera hasta 1645, año en que fue recuperada por la real Hacienda, de quien dependía el Tribunal de Superintencia General de Azogues, creado en 1735 para regentar el yacimiento.

Pozo de San Aquilino

Pozo de San Aquilino (Siglo XIX)

Durante el siglo XVIII se ampliaron y mejoraron las instalaciones de las minas, cuyo aprovechamiento sufrió una paralización durante la Guerra de la Independencia (1808-1814). Por un Real Decreto de 1825 se potenciaron las exportaciones de cinabrio y aumentaron los beneficios que, sin embargo, no revirtieron en capital español sino en las empresas extranjeras que habían invertido en el sector.

La misma situación originada tras el arriendo en los criaderos de Almadén a los Fugger por Carlos I volvió a repetirse desde mediados del siglo XIX cuando la deuda exterior contraida por la hacienda nacional condujo a solicitar créditos y a firmar contratos con la banca Rothschild, familia de origen judío asentada en Alemania. Ésta arrendó las minas, de forma más o menos encubierta, de 1835 a 1857 e inició la venta directa del metal en el mercado londinense y en los de Sevilla y Cádiz.

Pozo de San Teodoro

Pozo de San Teodoro

En 1870 la familia Rothschild consiguió una exclusiva de venta por treinta años y se convirtió en propietaria de las minas de Nuevo Almadén, recién descubiertas, y de las Idria (Italia), pasando a controlar el monopolio mundial del mercurio. Los años 1870 a 1900 fueron los de mayor producción con unos beneficios de 240 millones de pesetas, de los cuales el Estado recibió 110 millones (45,90%) y los Rothschild 129,7 millones (54,10%), distribución que explica las numerosas criticas que suscitó esta operación.

El grupo alemán continuó con la explotación aunque en condiciones menos onerosas, hasta 1921 año en que fueron definitivamente recuperadas por Hacienda, de quien depende el Consejo de Administración de las Minas de Almadén y Arrayanes, que controla actualmente su comercio interior y exterior.

En 1918 se instaló el servicio eléctrico en el yacimiento y tres años después se inició su aplicación para extraer el metal de los pozos. Desde el momento en que las minas fueron regentadas por el citado Consejo de Administración se incrementó el tonelaje de producción. En 1929 ascendió a 2476,3 toneladas, sin embargo un año después y debido a la depresión económica de 1929 descendió hasta 662,8 toneladas. La crisis prosiguió hasta 1934, en que volvió a recuperarse la producción de cinabrio y se alcanzaron 1096,2 toneladas en el yacimiento.

Mina a cielo abierto "El Entredicho"

Mina a cielo abierto "El Entredicho"

Durante la Guerra Civil (1936-1939) la explotación se mantuvo en el nivel mínimo y en 1942 se acrecentó hasta llegar a las 2461,1 toneladas. Tras la segunda Guerra Mundial (1939-1945) los índices disminuyeron y en 1949 se obtuvieron 1085,5 toneladas de mercurio metálico. Desde aquel año y hasta 1954 la evolución productiva de Almadén fue la siguiente: 1725,8 toneladas, 1450,4 toneladas, 1266,6 toneladas, 1430,7 toneladas, 1484,5 toneladas. El ritmo de crecimiento aumentó lentamente hasta 1964, en que se consiguieron 2.224 toneladas.

En 1970 se introdujo nueva tecnología en las instalaciones minero-metalúrgicas de Almadén, con una inversión de 109 millones de pesetas. Durante el quinquenio 1980-1984 la producción de mercurio en estos yacimientos descendió a consecuencia del retroceso de la demanda, del escaso dinamismo de las inversiones y de la inflamación generalizada en el sector.

En este periodo la producción nacional de mercurio (metal), en la que los yacimientos de Almadén representaban prácticamente el 100% del total, fue: 1656 toneladas (1980), 1580 toneladas (1981), 1656 toneladas (1982), 1416 toneladas (1983) y 1520 toneladas (1984). A partir de 1984 la tendencia decreciente prosiguió. El periodo anual de extracción es de 6 a 8 meses, tiempo en el que se satura el mercado interior y exterior y varía de acuerdo con la demanda mundial y la pugna en precios con el resto de países productores.

Chalet vivienda del Director de Las Minas

Vivienda del Director

Los turnos de trabajo son de 6 horas debido a la toxicidad del mercurio, que es envasado en frascos de hierro y transportado a través de la estación de ferrocarril de Almadenejos. En la actualidad las minas son propiedad del estado y dependen de la Dirección General de Patrimonio, perteneciente al Ministerio de Hacienda. Hasta 1981 fue un organismo autónomo del Ministerio de Economía y Hacienda y a partir de la ley 38/1981 de 19 de octubre se convirtió en sociedad anónima estatal.

La comercialización del mercurio se realiza en unos recipientes de hierro, llamados frascos, que contienen 34,5 Kg de este metal y que representa la unidad de cotización. Más del 90% del cinabrio extraído en Almadén se dirige a la exportación, que representa el 14,5% del cómputo total de minerales exportados en España, antecedido por las de hierro, cobre y zinc. Los principales receptores son la URSS, que recibe el 34,5%, EE.UU., los países de la CEE y Japón. 

Una campaña de falsa información sobre la presunta toxicidad del mercurio ha hecho que en los últimos años la venta de mercurio haya descendido a cantidades mínimas, por lo que la producción de las minas está prácticamente paralizada, existen stock de mineral para poder conservar el stock estratégico de mercurio cuando una partida del mismo se vende.

Pulsa en el botón para leer el articulo titulado "Carta a un Ecologista Sueco" escrito por Ángel Hernández Sobrino de Minas de Almadén y Arrayanes, S.A. sobre la toxicidad del mercurio.